miércoles, 22 de julio de 2009

LA CHAPUZA COMO UN RECURSO COMPETENTE

La chapuza como un recurso competente del cerebro marca al parecer los designios de la evolución humana. Donde hasta ahora suponíamos orden y perfección parece que reina el apaño y la imperfección, salpicando la evolución del ser humano de soluciones de andar por casa, efectivas en general pero imperfectas, lo cual descarta la intervención sin duda de una inteligencia superior o creaccional. Cabría citar innumerables ejemplos entre otros el diseño poco estable de nuestra columna vertebral o la diferencia patente entre el tamaño de nuestra cabeza con respecto a la cavidad pélvica de la mujer.
La memoria es una capacidad mental fundamental pero tiene también muchas imperfecciones y muy poca precisión, carecemos de ubicaciones concretas donde rebuscar la información que queremos, sabemos que se alojan en el hipocampo o en la corteza prefrontal pero eso no nos sirve de mucho a la hora de evocar recuerdos de informaciones especificas. Nuestro cerebro ante la imposibilidad de acceder directamente a una información en concreto utiliza pistas contextuales para aproximar lo más posible la ubicación de estos recuerdos. De esta forma existen muchas interferencias entre los recuerdos que están entremezclados y que de alguna manera configuran lo que somos y nuestra identidad. Así no siempre recordamos lo que queremos recordar, dependiendo la claridad de estos recuerdos del contexto y la frecuencia con que han sido evocados. La chapuza va mas allá, parece que tampoco existen unas convicciones claras y racionales en nuestras decisiones, somos en exceso influenciables no sabiendo muy bien de donde procede aquello que nos hace decantarnos por algo o discriminar entre dos opciones. Tenemos la tendencia además de hacer un sesgo de atención solo a favor de nuestras preferencias obviando sobremanera todo con lo cual no nos identificamos. También nuestro cerebro suele asumir de forma prejuicial que todo lo bueno o destacable en algún asunto en concreto lo será de forma universal en todos los ámbitos o circunstancias de la vida cayendo irremediablemente en esa odiosa generalización que tantos conflictos nos acarrea. Otra tendencia difícil de evitar es la defensa a ultranza y en el tiempo de decisiones de alto coste donde solemos tender a la persistencia aun a sabiendas de no ser ya la mejor opción o incluso ser una opción equivocada.
Estos son ejemplos de contaminaciones mentales a las que estamos sometidos y que demuestran una vez más la clara imperfección de nuestros procesos mentales y los apaños del cerebro en su funcionamiento. Por oro lado el lenguaje humano es muy confuso y ambivalente, genera confusión y evoca interpretaciones en ocasiones muy diferentes. La capacidad del ser humano para comunicarse de manera efectiva esta en exceso sobre valorada En ocasiones lejos de servir para entendernos sirve para confundirnos.