lunes, 30 de mayo de 2011

EL VAIVEN DE LAS PALABRAS

Torre del Villarejo -via de las uñas


Siempre es difícil expresar y a la vez desentenderse de lo mencionado, desnudarse vestido, dejar ver sin mostrar, explicar sin decir nada. Metáforas de libre interpretación, que dejan la ardua responsabilidad del entendimiento, a un a menudo sorprendido e indefenso lector.
Como si el escritor fuera otra parte de ti, completamente distinta al que siente y sufre; y pudieras separarlo con la misma facilidad que pueden separarse dos sustancias no miscibles, como el agua y el aceite. Impenetrable barrera la que los separa, el aceite siempre destinado a la capa más superficial, y el agua, condenada a la profundidad , confinada por el propio contenedor que lo contiene.
El vaivén de las palabras, como el movimiento de una barca a la deriva, en la que te encuentras leyendo, a la merced de intrincados laberintos, cuya salida sólo es mostrada la final de los textos. Palabras entrelazadas, lírica en forma de prosa literaria, representación hiperbólica de lo que en ti reside. El eterno antagonismo entre lo real y lo que perciben los sentidos, una apuesta desinteresada de alguien temeroso a ser descubierto en un mar de subjetividad absoluta.