domingo, 8 de febrero de 2009

BIEN ESTA LO QUE ESTA BIEN

Nuestro mundo occidental esta a menudo dominado por un imperativo común en nuestras vidas , vidas en la que abundan las comodidades , comodidad física y de hábitos de vida pero también comodidad mental a que nos lo den todo hecho. El llamado estado del bienestar, un curioso lexema, originario de juntar las palabras bien y estar rige nuestras vidas a pesar de la crisis , lo cual sin duda es un gran avance si tenemos en cuenta las condiciones de vida de hace solo unas cuantas décadas. Pero detrás de este avance en nuestras condiciones de vida se enmascara una realidad social que se hace patente en la superficialidad que reina en nuestros dias.

Nuestro modo de vida actual nos impone las pautas, tener un coche que luzca, un bonito piso con muebles de Ikea, vacaciones a la carta y abundantes, una novia guapa para presumir con los colegas, mantenernos en forma segun el estereotipo mientras nos invade la comida rápida y los malos hábitos, pero sobre todo y la idea fundamental, ser más y mejor que el de al lado... competir y competir
Mientras , seguimos destruyendo el planeta día a día, damos pasos de gigante hacia atrás en cuanto al respeto por los valores humanos (no confundir con obsoletas moralidades católicas) , la clase política y los poderes fácticos sacan partido de la coyuntura social y económica , los medios de comunicación lo solapan con tramas de espionaje político regional, al mismo tiempo que la mayoría prefiere interesarse antes por el último expulsado de la casa de Gran Hermano o los éxitos deportivos de equipo de fútbol favorito , que por todo lo anteriormente expuesto. Esto puede sonar demagógico, pero es tristemente cierto. Los cerebros vacíos reclaman contenidos vacíos, nada nuevo bajo el sol...
Esta estúpida y absurda competitividad que tantas personas padecen hoy en día nos rodea en todos los ámbitos de nuestra vida cotidiana, se sufre de ansiedad por quedar por encima de los demás(o por no ser capaz de conseguirlo ), de querer ser los más fabulosos y envidiados , no se repara a la hora de invertir los paupérrimos sueldos en objetos innecesarios con el fin de destacar y mantener cotas de apariencia insostenibles. Nadie parece darse cuenta de su enfermedad, enfermedad del consumo, yonkis de lo superficial que se olvidaron hace mucho tiempo de las cosas importantes en la vida ( si es que alguna vez las tuvieron en cuenta ), dando prioridad a las banalidades y a la frivolidad y arrogancia de creerse socialmente importantes.

Así hemos ido conformando poco a poco un mundo artificial, prefabricado e impersonal, que no deja lugar al criterio personal , ni a la creatividad , ni a la improvisación, a nada, absolutamente nada que rompa la normalidad del sistema que tiene aletargado al ciudadano medio y que da pocas opciones a preguntarse si realmente nos gusta lo que hacemos o hacemos lo que nos gusta ...

De esta forma nos vemos inmersos en una sociedad cada vez mas alienante y decadente , basada en la rutina , el deber , la imposición de lo establecido . Deberás seguir el camino te dirán algunos, para seguir pegadito a la manada que es lo que quieren decir, o será la propia manada la que te deje solo y desprotegido, siendo un bocado fácil para el depredador de la marginalidad, siempre acechante.
Y así poco a poco el otrora valiente e inquieto hombre de las cavernas , del renacimiento , de la ilustración que fuimos se pudre lentamente en el asiento de una oficina o un cercanías, que le lleva desde las afueras de cualquier gris ciudad hacia su trabajo en ninguna parte, ya no queda sitio para las aventuras que vivió porque ahora su única función es trabajar cinco días para librar dos( y esto con suerte ..), tardar dos horas en llegar, trabajar ocho y otras dos de vuelta.

La única esperanza será que llegue el sábado , unos se emborracharán o seguiran atendiendo a sus compromisos sociales que detestan o apoyando el consumo en detrimento de su cada vez mas abultada deuda , otros ... aún conscientes saldremos a buscar el contacto con la naturaleza que la sociedad nos arrebató , alli donde nos reencontramos con nosotros mismos , allí donde somos valorados por nuestras virtudes siempre en su justa medida , allí donde nuestra imaginación no se ve coartada , allí donde realmente nos gusta estar.
Por suerte todavía existe la posibilidad y la la libertad de trazar nuestro propio camino, la oportunidades estan ahí fuera , no será fácil, no estará bien visto en algunas ocasiones, pero en tu interior sabrás que es auténtico, y esa sensación es realmente buena.

viernes, 6 de febrero de 2009

PERDEMOS LA JUVENTUD...

SERPIENTE BLANCA -ESPECTACULAR  MURO  , L5- 6b expo


Perdemos la juventud el día que dejamos de ser ácratas; el día que comenzamos a comprender y a disculpar al sistema.
Perdemos la juventud el día que dejamos de soñar con el paraíso en la tierra, un paraíso para todos; el día que empezamos a llamar con desprecio utópicos a los que siguen soñando; el día que se nos despierte el sentido práctico y entramos en el juego y aceptamos las reglas.
Perdemos la juventud el día que nos levantamos dispuestos a vendernos al mejor postor y al mejor impostor; el día que nos doblemos a la sinrazón de la fuerza y del chantaje.
Perdemos la juventud el día que en nuestros cuarenta principales llega al número el dinero; el día que admitimos que todo y todos tenemos un precio; el día que estemos dispuestos a vender cualquier cosa, si no por un plato de lentejas, por unos kilos de papel.
Perdemos la juventud el día que aceptamos al ganador y no damos un duro por una causa perdida.
Perdemos la juventud el día que aceptemos que esto es lo que hay, que siempre ha sido así y que no se puede hacer nada para cambiarlo.
Perdemos la juventud el día que nos miremos a un espejo y no se nos cae la cara de vergüenza porque hemos perdido la vergüenza.
Perdemos la juventud el día que miramos alrededor y sólo vemos lo que puede verse; el día que alargamos la mano y sólo tocamos lo que puede tocarse.
Perdemos la juventud el día que el mundo deja definitivamente de ser mágico.

El loco de la colina

sábado, 31 de enero de 2009

POSTURAS E IMPOSTURAS DE LA VIDA VIRTUAL

Desde siempre las fantasías y los sueños del ser humano de poder llegar a ser otro , estaban prometidos por las religiones pero en el otro mundo, en otra vida..., eso se ha acabado. Hoy en día esta posibilidad está al alcance de nuestros dedos, basta con teclear en el ordenador para crear una realidad virtual donde ser lo que no podemos ser en nuestra vida cotidiana. Mantenerse tal y como somos , en ocasiones resulta insatisfactorio y puede que socialmente incorrecto cuando la tecnociencia nos ofrece tal abanico de posibilidades. El individuo como uno e indivisible ha muerto, ¡vivan las posibilidades de ser otros!
La posibilidad de interactuar en la fantasía está venciendo a la realidad de la vida cotidiana y quizás paliando el malestar de la cultura y de la sociedad
La comunidad on line, la realidad virtual y las redes sociales han disuelto la identidad. Se puede confeccionar cualquier identidad o rol, sólo basta con difuminar las características personales y psicológicas, incluso no tiene por qué ser humana la identidad bajo la que aparezcamos. La realidad virtual en la comunidad on line ofrece un amplio margen para que el sujeto exprese cualquier aspecto del yo posible. La posibilidades parecen infinitas, no existe un más allá de sus relaciones.
Lo que nos dan las pantallas hoy en día es la posibilidad de cerrar las distancias, lo mismo que cualquier otro vehículo, y del uso que le demos a dicho vehículo dependerá lo que de él obtengamos.La pantalla nos da la posibilidad de responder casi cualquier pregunta, de hablar con casi quien quiera, de encontrar con quien hablar de ello y de hacerlo como un anónimo. Nos da también la posibilidad de hasta gobernar la caja tonta (esto si que parece un avance !!! , incluso un alivio ) , eligiendo lo que quiero ver, conocer y quien quiero que me lo cuente. Si os fijais la inmensa mayoría de ello tiene un componente social y es ahí donde está el avance, y también donde esta el gancho.

En un mundo como este donde la amistad se ha devaluado, y la palabra amigo se usa tan a la ligera, la posibilidad de ser un “amigo anónimo” nos hace un flaco favor pero también nos da la posibilidad de llegar a conocer a infinidad de gente que antes no podríamos conocer.
La reflexión aparece cuando si te preguntas: ¿Son amigos de verdad, o todo esto es de mentira?
Parece más un paso intermedio... ¿Qué es un amigo? .Si tan sólo es alguien con quien hablar ya está todo dicho, pero si es alguien de quien depender… ahí la cosa cambia. Una amistad es mucho más que una interacción prolongada, implica dar y recibir algo más que palabras, que (por virtud o desgracia) es lo único que las pantallas nos permiten intercambiar. En el camino de conocerse, hay mas comunicación que la verbal y mas actos que las meras declaraciones... eso no podría, ni debería ser jamás sustituido.
Creo que La Red juega un papel importantísimo con las relaciones que empezaron desde nuestro lado de la pantalla. Pues ocurre que estas suelen morir de ausencia, ausencia que un vehículo como este puede hacernos suplir. Dicen algunos que la emigración de ahora ya no es como la de antes, el lujo de poder ver y hablar a diario con quien quieres, te permite mantener cierta cotidianeidad remota y donde antes se contaban los acontecimientos del mes por carta, ...ahora se puede hablar en tiempo real.
La cibervida para muchos es tan vida como la vida del Bar, puede ser igual de importante , pero es inherentemente malo que se convierta en un sustituto de esta , sin duda sería el peor de ellos.

"Hay otros mundos..., pero están en éste" (Paul Éluard)

martes, 27 de enero de 2009

¿ A QUIEN ELEGIMOS COMO LIDERES O REFERENTES EN NUESTRAS VIDAS ?


Esto del liderazgo es otra cuestión que pone de manifiesto lo complejos e intrincados que somos los seres humanos , de nuevo, se me ocurren dos conjuntos de comportamientos contrapuestos:
1. Por un lado, nos asusta un poco (o un mucho) el concepto de líder, pues tememos los abusos de poder de aquél en quien hemos depositado nuestra confianza para que nos dirija en algún asunto. En gran medida, la vida democrática, según la entendemos, preconiza un híper-igualitarismo esencialmente contrario a la idea de líder, de autoridad o de jefe. De ahí todos los reparos comúnmente expresados contra todo ello. Ya no queremos a un jefe ajeno a nuestra voluntad, sino, más bien, a un “consejero”, o “asesor”, o “consultor”, u “orientador”, o “experto”, etc. Es decir, a alguien que responda a nuestras dudas, pero que no nos prescriba o imponga soluciones.
2. Por otro lado, tenemos (o muchos la tienen) esa propensión a la mitomanía que, como digo, contradice ,o matiza al menos, las cautelas igualitaristas señaladas. Somos demócratas, sí, pero aceptamos gustosos (aunque no sea mi caso) vivir en una monarquía (cuyos engranajes, basados en el privilegio, chirrían al intentar acoplarse con los de la democracia, basados en el derecho). Todos los días compramos revistas que nos permitan olisquear la suntuosidad del poder, la fama y el dinero. ¿Cuántas revistas hay sobre famosos y famosillos? Las muchedumbres rinden pleitesía de ordinario a símbolos o “estrellas” del cine, del deporte en nuestro caso, la música, de la belleza (mises y modelos) o incluso la política demagógica. Nos desvivimos por el autógrafo de nuestro personaje admirado. A diario estamos reconociendo a líderes en distintas facetas de la vida, a veces mediando la reflexión, pero no siempre. Cuando compramos el libro de nuestro autor favorito y decidimos seguir sus consejos o imitar irreflexivamente su pensamiento, cuando nos pasmamos ante nuestro pintor predilecto e intentamos emularlo, cuando vemos la tele de nuestro presentador preferido, cuando compramos una chaqueta de marca, o una mochila, o unas gafas, etc.

Parece que está demostrado que casi siempre acertamos al elegir a un líder, entonces es evidente que éste lo es, en parte, por sus méritos. Dos cosas son ciertas:
1) muchas veces el líder hace méritos para serlo ...
2) las personas solemos mostrarnos deseosas de admirar a alguien y de dejarnos arrastrar por quien mejor compite. De nuevo sale a la palestra el concepto de competición. Pero es que ésta es evidente a diario. Fijémonos, sino, en el caso del fútbol. ¿Quién es el líder? Pues el equipo que mejor juega, el más poderoso. ¿Con qué equipos suelen ir los amantes del fútbol? Con los más poderosos... ¿ y en la montaña ? ¿ quien es mas lider ? ¿ el que más curriculum , experiencia y criterio tiene ?... pues parece que no , ¿ el que mas grado hace ?... , en cierto sentido sí pero tampoco ...parece que en muchos casos tiene que ver con ese afán competitivo pero no necesariamente se limita al ambito deportivo


Psicológicamente hablando, seguimos fervientemente a diversos líderes, por un fenómeno psicológico llamado “introyección”. Consiste en hacer nuestras las aptitudes psicológicas y facultades de la persona admirada. En interiorizar la conducta del otro, este fenómeno es posible gracias a las llamadas “neuronas espejo”.
Tales neuronas son la base de la imitación y la cultura y por tanto, de la evolución prodigiosa de la inteligencia humana. Es fácil de entender pues si yo estoy biológicamente preparado para atender e imitar gustosamente a quien admiro, entonces estoy intentando aprender lo que él sabe. Una vez que reproduzco su conducta, sus habilidades, ya estamos ante ese fenómeno que nos hace tan especiales dentro del reino animal: la transmisión cultural.
Por otra parte , la imposibilidad de admirar es la imposibilidad de ser inteligente, tanto si nos referimos a individuos como si nos referimos a sociedades. ¿Pues qué es admirar sino prestar una atención superlativa a la conducta del otro? La persona creativa necesita, para serlo, estar intensamente interesada por determinados aspectos de la vida, quedar emocionalmente atrapada por los prodigios que ofrecen el mundo y los demás. No hay inteligencia sin atención inicial. La apatía es la muerte de la inteligencia.
Con demasiada facilidad vemos todos los días que la conducta social sana, inteligente y productiva se nos degenera en gregaria y fanática. Son contraindicaciones de nuestra naturaleza social que siempre deberíamos tener presentes. Como en casi todo en la vida, podemos pecar por defecto o por exceso. Admirar en exceso conduce directamente a la adhesión incondicional por el otro, en la que nunca deberíamos caer. La renuncia a no admirar es tanto como cerrar la mente a las maravillas que nos ofrecen nuestros semejantes y el mundo.
Es decir, estamos singularmente preparados por nuestro cerebro para sentir admiración (aunque también envidia) por aquellos individuos que sobresalen en algun aspecto intelectual o vital. Lo cual nos lleva a imitarlos. Solo hay que reparar en la fruición natural con que los niños admiran e imitan a sus diferentes ídolos (aparte de a sus padres en primera instancia: deportivos, musicales, cinematográficos…) para darnos cuenta de su relevancia en el desarrollo normal de su inteligencia.

¿Cuál es nuestro caso? ...Me temo que hemos confundido todo lo relativo al líder con todo lo relativo a la autoridad despótica. Recelamos de todo lo que suene a autoridad, temerosos de que nos metan gato por liebre, temerosos de que se instale entre nosotros un sistema clasista y excluyente. Es lógico que miremos con tiento a aquél que se puede erigir como nuestro líder, porque nos va mucho en ello, pero no hay justificación para que denostemos de antemano y sistemáticamente todo lo que huela a autoridad, entendida como prestigio y crédito que se reconoce a una persona o institución por su legitimidad o por su calidad y competencia en alguna materia . Cuando renegamos de todo vestigio de autoridad (de liderazgo), estamos negándonos a reconocer las virtudes de aquellas personas que sobresalen en alguna materia. Y nos privamos a nosotros mismos del inmenso placer de admirar a los demás, de estar agradecidos a la existencia de talentos y habilidades ajenos.
Nos debemos prevenir de los efectos nocivos de nuestra sociabilidad, de los autoritarismos despóticos y de la conducta borreguil, pero no de la admiración a la autoridad legítima y meritoria. Cuando nos negamos a admirar, ejercemos de ingratos y mezquinos, incapaces de reconocer con generosidad lo que el otro nos ofrece (aunque por otro lado no podamos evitar la mitomanía poco racional). Y esto nos aboca también al encumbramiento de la mediocridad y la chabacanería.
Líder es aquél a quien seguimos por voluntad propia, por consideración de su valía, no aquél que nos impone sus ideas por la fuerza.¿ por qué actualmente estamos rodeados de tantos conflictos interpersonales? ...otro fenómeno comunísimo hoy día, derivado, sin duda, de nuestra moderna (o posmoderna) renuencia a admitir la existencia de autoridades y líderes legítimos. Agradecemos, por supuesto, que nuestras democracias hayan eliminado los atropellos de las autoridades despóticas y los graves conflictos de clase. Pero algunos deploramos la proliferación innecesaria de una cantidad ingente de conflictos interpersonales de diferente consideración. Un igualitarismo excesivo es la antesala del conflicto. ¿Por qué? Porque al no admitir a nadie por encima de uno, al no admitir a casi ninguna autoridad a la que hacer caso, nos encontramos con que nadie quiere ceder en nada ante el otro. Cuando estamos dispuestos a admirar y a aprender de quien claramente sabe más que nosotros, entonces estamos evitando una confrontación innecesaria porque acatamos el magisterio del que más sabe sobre algo. Nos hemos librado de la amenaza de los grandes conflictos , pero a costa de convertirnos todos (o casi todos) en pequeños gallos de pelea que rara vez están dispuestos a ceder ante el otro, aunque claramente nos aventaje en saber o sabiduría.
Seguramente quienes visitamos este blog y otros parecidos, seamos lo suficientemente humildes para dejarnos asombrar por los que más saben (filósofos, científicos, grandes personalidades , gente con autoridad moral necesaria …) y guiarnos reflexivamente por sus palabras. ¿Pero es ésta la actitud general de la población? Quizá la cuestión no sea sólo la de quién elige al líder, sino la de a “qué” líderes elegimos, a qué tipo de personajes nos gusta seguir. . La calidad con mayúsculas está escondida, pugnando siempre por salir a la luz. Parece que las mayorías prefieren otro tipo de líderes: machaconamente los que pare el fútbol, la televisión basura de famosillos del tres al cuarto, de ídolos musicales de dudosa calidad , etc. ¿A qué rendimos pleitesía masivamente: a la profundidad o a la banalidad?

Dime a quién admiras y te diré quien eres.
Saludos.

miércoles, 21 de enero de 2009

SOBRE LAS TENTACIONES DEL CONSUMISMO Y LA PUBLICIDAD...


Se me ocurren dos consideraciones en función del grado de resistencia a estas tentaciones , se puede adoptar una posición más o menos profunda o más o menos banal (y todos podemos ser algo de lo uno y lo otro en diferentes grados) ,dependerá en gran medida de la herencia genética. Esto no quiere decir que el "mercado" no tenga su papel en la configuración de lo que somos y lo que hacemos. El mercado “sobreexcita” cada uno de nuestros deseos para convertirnos en permanentes criaturas “deseantes”. Precisamente, la profundidad de una persona es más perceptible y notoria cuando está rodeada de banalidad y lucha contra ella.



Aquél que es profundo lo es “a pesar” de la superficialidad reinante. De igual modo que la fortaleza de espíritu se demuestra en los momentos de crisis y problemas, no cuando todo va viento en popa. No tiene mucho sentido pensar que en otros tiempos las gentes eran más profundas o menos frívolas si resulta que en aquellos otros tiempos no había tantas tentaciones al alcance de la mano y tantas posibilidades de entregarse a la superficialidad.

A menudo podemos encontrar en nuestro deporte una ya arraigada obsesión por lucir las últimas tendencias un tanto alejadas en la mayoría de las ocasiones del uso real que se va a hacer de ellas , por supuesto no digo que esto no sea lícito pero podría redundar en una superficialidad absoluta si tenemos en cuenta todo lo que la montaña puede ofrecernos.


El mercado y la publicad pueden sacar de nosotros la parte más frívola sin duda , pues los humanos estamos muy lejos de podernos sustraer a las tentaciones de los sentidos. Sin embargo, la persona profunda suele encontrar un hueco para cultivarse, para resistirse al influjo de las ingentes tentaciones que nos rodean. Y lo hará por una necesidad vital, movido por una curiosidad insomne y una inquietud muy lejana de los objetivos mercantiles.
Sin duda todos estamos expuestos a las tentaciones del escaparate, pero algunos saben resistirse a ellas o, al menos, encontrar fuerzas y tiempo para cultivar lo mejor de sí y extraer lo mejor de la montaña en todas sus facetas...